Elegí ir por donde más te guste...

22.12.09

Terreno

Iba a escribir: "Estoy tirada en el suelo, blanca, y no sé quién soy". Hay algo entre la baldosa y yo. Entre el parquet y yo. Estoy de rodillas ahí, me apoyo sobre los talones, espero. Una mirada y siento una presión sobre el cuello.

Tengo ahora un pedazo de tierra. En realidad un papel que dice que tengo 13 metros por 32 metros que son míos. Nuestros. De ahí para arriba está el problema. Cómo subir siempre es el problema. En el barrio hay una casa enorme al lado y otra detrás. Después, más cerca de la esquina, casas cuadradas sin rebocar. Seguro hay perros. Si camino dos cuadras, una para el lado del río y una para el lado de Rosario, hay un campo. El sol de verano debe caer recto sobre lo que haya plantado, soja. Hojas verdes y gruesas. Si camino 8 cuadras para el lado del río, desviándome una para el lado de San Nicolás, está la barranca. A la izquierda caminando una cuadra, un casco de estancia. En el mirador hay aparatos de madera para hacer ejercicio. Si desde el punto de partida camino 5 cuadras al sur, está el aeródromo. Después, supuestamente, un conjunto de casas humildes. Antes, antes de llegar a la única calle pavimentada, lo que pensamos que era un descampado, cruzado por la diagonal, y que en realidad es una granja para chicos con capacidades diferentes. Más, creo que no sé.

Toda territorialización supone un desterritorialización equivalente. Cuando uno poda el árbol siempre queda una dureza. Y viceversa, cuando uno lo planta. Entonces árboles y sierras, correas en el cuello y pies descalzos. Eso es lo que nadie lee. Toda desterritorialización supone un reterritorialización paralela. Yo no puedo hacer que el devenir se detenga en la afirmación de que el río, aunque todavía no se note, viene de crecida.