Violaré tu intimidad sin que te des cuenta.
Cada vez que me lo permitas
Seré tu cronista, tu escribiente oficial.
perfumaré tus medias y tu ombligo.
Seré el vigía del borde de tus sueños.
Pagaré al señor presidente
-en tu nombre así no quedan dudas-
el diezmo que los poetas pagan
para seguir estando vivos.
(Ramos- Signes)
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