Elegí ir por donde más te guste...

1.12.08

Lo obvio

Vuelvo caminando con dos bolsas enormes de una verdulería que queda a seis cuadras de casa (voy a esa porque Juan se enojó con la verdulera de la vuelta de casa y como a mí ya me había dado la peor manzana varias veces decidimos no ir más (las verdulería: todo un tema, hasta el punto de arriegar que uno debería mirar las verdulerías que se encuentran en la zona antes de alquilar)) y veo como una a una las cuadras están apagadas. Es decir: llegó el verano = corte de energía electrica. La sandía pesa más si pienso en el piso doce. Ruego con todo el cuerpo que los ascensores anden (sino le dejaré las bolsas al kioskero y buscaré un bar con aire, para leer el libro que siempre llevo y hoy no traje). Una a una las cuadras: intento distinguir si más adelante las luces de la calle está prendidas. La gente en los balcones, en las puertas de los edificios. Yo no tengo balcón. Si tuviera una casa la falta de luz no sería tan terrible. Me sentaría en el patio a fumar el cigarrillo que no fumo.

A la noche sí no va a haber luz. El piso 12 a oscuras me da claustrofobia.

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LLueve, es decir, llovió. Camino las cinco cuadras que restan de Oroño antes de llegar al río (no a Rio). El clisé: luego de estar tanto tiempo afuera comienzo a darme cuenta de qué es lo que los turistan ven en Rosario. Las casas, los árboles, el ancho del del agua, el cesped, la ausencia de tráfico y de smog. Definitivamente hay que adherir al slogan de la municipalidad. Uno piensa: en Buenos Aires hay más oportunidades si se quiere entrar en el mundo editorial. El contraargumento: también hay más gente que quiere entrar al mundo editorial y una carrera de edición. Yo acá, con mi beca de conicet, que causa más tensiones que descansos, haciendome bordear el límite de la depresión en los momentos en que pienso que la idea no va a aparece. Que por más que la busque, no va a haber fuerza que la invente. Camino por Oroño, y tengo una remera verde nueva.

Alguien tendría que decir públicamente que del MACRO lo mejor es el paisaje que se ve por la ventana del piso diez (tal como me dijo Juan: solo va a haber autitos que se chocan con el borde pero no por estética sino porque se les rompieron los ejes).


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