Elegí ir por donde más te guste...

24.12.15

Poderes

Me voy a ir...

si ya no podés verme,
si se pierde
el afuera
que inventaba para mí tu mirada
la interperie de tu indiferencia
se vuelve
(se me vuelve)
demasiado inhóspita.


Ya no da...

una ya no puede
sentirse la partícula mínima de polvo,
el charco de barro,
la basura en el mueble.
Estamos demasiado grandes
(yo estoy ya demasiado grande)
para seguir intentando estos resquicios
que vuelven a desmoronarse
después del goce
y dejan rondando
el espectro de la impotencia.

El desden,
la frialdad de otra sucesión
que expulsa
sin que haya desamor.

Sin que haya
nada
absolutamente
nada.


Quiero irme...

porque ya no me conformo
con no poder pedir
como no me conformo
con la otra rutina
de disfraces
árboles de navidad
y trenzas ajustadas.

Noche tras noche
tarde tras tarde
secreto tras secreto
me dieron
ambos
todo.
Cada matiz de la fantasía
cada repiquetear de las luces
cada pliegue del vestido azul brillante.

Pero esta vez soy yo
la que necesita irse
inventar
en mi intrascendencia
(esa
que ambos
sin querer
me recuerdan
y que es de todos
aunque otros
incluso ustedes
no puedan verla)

...decía
inventar
sin querer
en mi intrascendencia
una salida.

17.12.15

Espectáculos

El brillo de las luces
parece
esta vez
elegir mis ojos como escenario.
Vos me convertís
de nuevo
en una estrella.

Esta vez
decido no dudar.
Me levanto
exultante
como si hubiera actuado la caída.

El exceso de tus ademanes
me envuelve.

Tu brazo sobre el respaldo
sostiene apenas la cabeza
y la fija
en algún punto cercano.

El ritmo es lento,
cansino.
El calor aletarga.

Los embates fueron duros.

Desarmo el que te corresponde
pero pago el costo
de la seguridad
que ahora te circunda.
Extraño la ternura mínima
que compensás con las luces.

Los otros
asestan un golpe
en lo que puedo
y me detienen.
Ahí
apenas
intuyo las razones.
No hay trueque posible
ante el menosprecio.

Yo
yo no soy ellas
pero esta vez
no dudo.

No me quedo en la ventana
mirando hacia adentro
de un salón que no me corresponde.
Hoy elijo deslizarme
con las zapatillas de punta
y la malla azul...

26.11.15

Velocidades

te veo
del otro lado de la mesa
con la seguridad de lo imposible
y me vuelvo

melodramática
casi cursi


casi bella


te digo que sos lindo
y te reís...


la tristeza es
hoy
enteramente mía

la precaución
tu precaución

pero yo
yo no soy ellas

yo no soy
un fórmula 1
a 180
por la avenida atestada de gente

a mí sí
con el silencio esquivo
que insiste en mi error
y en tus excesos

a mí sí
aunque ni te lo imaginás

a mí sí
apenas
sin espectáculos

a mí sí
me rompes el corazón

13.11.15

Necesidad

Dijiste que habías estado tocando la guitarra.

Me quedé
por apenas un segundo
imaginándome ese momento:
yo toco el timbre
y vos
que,
para esperarme,
habías estado haciendo eso
te estremecés un poco.
Sin apurarte
(supongo que,
a diferencia mía,
vos no te apurás)
atendés como siempre
aunque sabes
que soy yo.

Mi imaginación es
a veces
caprichosa.

Nunca me había detenido a pensar
en la posible expectativa
del otro.
Siempre en cómo el momento del encuentro
desbarata para mí
la cotidianidad
que no es rutina.
Ese temblor
de los umbrales
que se abren
y yo cruzo.

Entonces
hoy
te imagino abriendo
lo imagino bajando
y me quedo ahí
poniendo en jaque
las distancias programadas.

¿Cómo elegir
sin coartar
la intensidad?

La utopía:
receptividad sin espera;
contacto,
roce
sin herida.

9.11.15

Fórmulas

Anoche
antes del desastre
me arrebataste
un momento de intimidad.
Tirada en tu sillón
descalza
(ahora sí
ya casi
como siempre)
dejé mi cotidianidad en esa risa.

Completa.

Los tiempos corren en paralelo
y se superponen.
Hoy desayuno apenas vestida
y el viento se cuela
por debajo de mis brazos.

Lo que quise formular
desafiante
en tu cocina
atañe a la multiplicidad del amor.
Y después
a la naturaleza de la belleza,
donde vos reinás
y yo soy solo una intrusa
que camina en puntas de pies
por tu palacio
apenas leve,
si es que me esta permitida la levedad,
para que no te des cuenta
de que desentono.

¿Cuál es tu intemperie?

Los frascos
se acumulan
morados
sobre tu mesada
y hablan del desamor.
Dicen,
también,
tus excesos.

¿Tiene un lado oscuro la belleza?

Mis pies
atrevidos
recorren tu pecho
como si hubiera sido siempre así
como si honráramos
otros logros.

Tenés el poder
de desbaratar las diferencias
(incluso las trascendentes)
sin rozar
siquiera
la homogeneidad.
La sutileza cómplice
para poner en jaque
mi extranjería.

2.11.15

Interiores

Si me apurás un poco
te digo
que mi miedo a que me leas
es
directamente proporcional
a tu miedo ante lo que leés.

También hay alfombras
en los hoteles.
No son verdes
sino grises.
También las camino desnuda
desde el baño hasta la cama
y desde ahí
directamente
hasta la puerta
que resguarda la intimidad
que no arriegás.

Si me apurás
te digo
que hace mucho
que no cogés
con una chica del interior.
En realidad,
primero te digo
que hace ya mucho
(demasiado)
que no cogés conmigo.
Segundo,
que hace mucho que no cogés
con una chica del interior.
A nosotras
la soberbia se nos escurre entre los dedos,
y yo jamás pienso
que sos vos.
Nunca decanto
por la necesidad,
tu imperiosa necesidad,
de la distancia.
Si eso es salud
yo no soy más que enfermedad
algo que tampoco digo
aunque

a veces
me apurás.

Octubre se extiende
largo y espectral.

Si me apurás entonces
te digo que ganamos,
y que sé que te sorprendo
mas allá
incluso
de lo que explicitás.
Que no deberíamos andar escribiendo
poemitas de amor
aunque este no sea
un poema de amor
de una chica de provincia
a la que la soberbia se le escapa
como el clisé,
de última,
como la arena que no rozo
entre los dedos de esta mano
que alguien
hace poco
no vos
se acordó de volver
(no, de volver no,
sino de empezar)
a descubrir.

El rastrillo se cae
y la piel del empeine acariciado
confronta
al orgasmo ya sabido
en este octubre eterno
que no decide nada
ni siquiera
la primavera azul del limonero
que se reproduce
insistente.

29.10.15

Suturas

Anoche soñé con vos.
Una reunión de trabajo en tu casa.

Yo llegaba,
sorprendida.
Todavía no excitada.
Me quedaba descalza
y caminaba por esa misma alfombra verde
de noches anteriores.
Los mismos tramos
los mismos movimientos
los mismos pasos.

La complicidad del gesto
la advertía
recién
un momento después.

No me importaba
en el sueño
que aquellos que se reunían
alrededor de esa mesa
que me había sostenido desnuda
se percataran de esa familiaridad.
Tenía tu autorización
en la forma en que insistías
en escribir mi nombre.

Ya no estaba puesta en juego la verdad
sino el secreto
en la fina linea que separa
apenas
el living del dormitorio.

23.10.15

Stándar

Me quedé mirando tus fotos.
Eran muchas.
No las fotos
sino ellas,
ellas eran muchas.
Ahí,
al lado tuyo,
abrazadas,
con tu gesto.
Ese gesto con el que te gusta confundir.
Cómo explicar que no importa
que es trivial
la cantidad.
Podrían ser cientos,
podrían ser miles,
podrían no ser ninguna.
Solo que veo esas fotos,
y no entiendo por qué yo.
Las veo
y no entiendo por qué vos.
No sabemos hasta donde actuamos.
Y hasta dónde,
esta cercanía,
esta calidez,
esta ternura recuperada.
Hasta dónde.
Si es que hay una verdad.

¿Puede el amor
durar dos días?

Yo
yo ya no fascino a nadie.
Ni siquiera a mí misma.
Y me mirás,
y pienso que hasta la lente de la cámara
puede llegar a ser benévola.
Una elección sostenida
se abisma en el chiste
que esgrimo
en función de la distancia.

La edad
cómo explicarte que es mi último argumento.
Sino
¿por qué yo?
Por qué tomarte la molestia del planteo.

Llego y el ascensor se abre
y no importa si actúas
porque soy yo la que te mira
expectante
con los pies desnudos sobre la alfombra verde.
Por momentos segura
soberbia
desafiante.
Efímera,
soy tu público.

La alfombra verde
que camino desnuda
o casi.

Yo
yo ya no fascino a nadie.

Pero le creo a tus espejos,
a esa puerta que me refleja,
a observarte apoyada contra el marco.
Es una cuestión de convicción.
De última,
es una cuestión de convicción.
Del tono de la voz
con el que pronuncias mi nombre
cuando te acercas a la mesa
que no espero
desbaratando todo

incluso el cinismo.

Jamás fui
de las que fascinan
a nadie.
Siempre el territorio
del que se huye.

15.10.15

Pruebas

Estoy clavada en vos
tus dedos
en mi cola.
Vuelvo un rato.
-- No me hubieras aguantado ni una semana
-- Hubiera estado bueno probar
¿Probar qué?
La imposibilidad misma,
la nada.
No, no hubiera estado bueno.
Mejor así
el juego
hasta que acabe.

Después

I
El despertador suena
insistente
cada tres horas.
Ana no llora aún.

II
El sonido gutural
por mucho tiempo.

Demasiado.
Incalculable.


III
Ella es parte de los débiles
de los que la selección natural
descarta.
Y yo también
con ella
siempre.

IV
Él piensa
en lo que puede pasar.
Pero a vos
eso
no te importa
porque lo que pasó
jamás terminó
de pasar.

No se habilitó aún
la opción por el después.

Neo

I
Los bracitos extendidos
en cruz
sobre la máquina
que la mantiene viva.

II
Es que Ana
se olvidaba
a veces
de respirar.

III
Me dicen que
es mejor
no tocarla
y yo
(como una idiota)
les creo.

IV
Te hacen esperar
por puro gusto.
Porque hay alguien
en la habitación de al lado.

V
Hay gente
tan valiente.
No son yo.

VI
Tiemblo por una uña más
de leche.
No hay nadie ahí
para decirme
basta.

VII
Lavarme ahí
peleando
por el espacio.
No es la exhibición
la que humilla.

VIII
Yo no sabía
cómo pedirle,
por favor,
que llorara.

Cuando las mamás no están
nadie
nadie
levanta a los bebé.

IX
Cuido cada palabra que digo
porque es más
el tiempo que no estoy
que el que estoy.
Ella no puede contarme.
No puede
contar conmigo.

X
Saber que la vas a dejar.
Saber que te vas a ir.
Saber que los que están detrás del vidrio
no entienden.

XI
Nunca nos dimos cuenta
de que estábamos lejos;
de que si pasaba algo
no íbamos a llegar.


XII
A veces pienso
que jamás

se sale de ahí.

Pesos

Fácil,
liviana,
peligrosa.
Formas de decir
promiscua.
Y entonces yo,
otra vez,
desenhebrando lo que no sé quién tejió
como un karma
de lugares comunes.
Hoy no debería importarme,
pero me importa.