Elegí ir por donde más te guste...

5.10.09

Párrafo pretencioso

"Pero para construir una poética, la serie televisiva de Bizzio necesita estar plagada de singularidades (sino es solo un conjunto de procedimientos que lo reducen al presente y lo alejan de la contemporaneidad). Es decir, o bien lo televisivo debe funcionar metonímicamente para articular otra cosa, y es por eso que es fundamental para pensar la singularidad de Bizzio con respecto a la ya tan discutida vuelta realista de la literatura argentina (y el problema del realismo tiene que ser pensado en este caso tanto desde S/Z de Barthes (y aquí la imagen televisiva reemplazaría a la imagen pictórica pero repitiendo su lógica) pero también desde el modo en que Manovich piensa el realismo socialista de Jurassik Park (volviéndose necesario articular el problema del mercado, si pensamos la discusión sobre el valor que Bizzio logra entablar desde un lugar totalmente diferente al creado por Cesar Aira o aquel del que Cucurto es el mejor exponente, a través de la relación oblicua que su literatura entabla con el best-seller, mediante el éxito televisivo)). O bien cada novela, debe dar una vuelta más a esos paisajes massmediáticos para que no se estaticen y para que la repetición alcance toda su potencia. Eso es lo que ocurre en los cuentos de Chicos, en Rabia, en Era el cielo (y lo que estaba en germen ya en Más allá del bien y lentamente). En Era el cielo, la singularidad se juega en lo que escriben los personajes: tanto Diana, como Vera, como el protagonista, escriben para el mercado y, más específicamente, los dos últimos escriben para la televisión. Los personajes quedan así entre la imagen y la palabra, ponen la palabra al servicio de la imagen al mismo tiempo que crean la imagen con la palabra. “…hacer la televisión en la literatura”, decía Quintín al reseñar la novela (y cabe aclarar que sobre esta novela se dio una de las discusiones mediáticas más interesantes sobre el valor en la literatura argentina de los últimos tiempos, discusión que se articuló entre reseñas de diarios, comments de las ediciones electrónicas y entradas de blogs). Si, como dijimos antes, el protagonista de la novela queda encerrado desde el comienzo en la imagen que estalla y se adueña de su entorno, este particular cruce entre escritura y televisión hace que la imágenes proliferen en la novela en sus más distintas formas, desde las fotografías a los dibujitos animados, y que en cada conflicto de miradas se juegue tanto un problema sentimental, en lógica melodramática, como la lógica que la narración elige para poder seguir su camino hacia adelante (lógica que reformula la mirada arbitraria de narradores omnipresente y omnipotentes de algunas narraciones anteriores de Bizzio). Pero eso, eso es otra historia."

Todos los derechos de este delirio están obviamente reservados a M.C.

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