Elegí ir por donde más te guste...

4.11.09

Aburriendo camillas verde hospital

El problema ahora parece ser el aburrimiento. No hay nada más burgués que el aburrimiento. Si lo pienso bien, no hay nada más burgués que el psicoanálisis. 240 pesos por mes para hablar de nuestra insignificancia (porque sí somos insignificantes). La reformulación del comportamiento burgués en la era de los pos es el blog. Hoy no hay nada más posburgués que tener un blog.

Y sin embargo, el aburrimiento tiene el peso de lo concreto, el gusto de lo concreto, las consecuencias de lo concreto.

Me da vergüenza. Pensar en vacíos, escribir sobre vacíos, huir de la crónica en la tradición de la peor escritura de mujeres. Debería escribir el verdadero tedio. El depilar una persona tras otra durante, qué, ¿doce horas? Es que no sé cómo hacer, no sé cómo evitar la épica del esfuerzo. No sé, además, cómo evita el miserabilismo. Después de cuánto tiempo las partes del cuerpo, ese mismo cuerpo con el que yo lucho, se vuelven indiferentes. En qué momento una pantorrilla da lo mismo que un muslo, que una entrepierna, que una cola.

Y encima la banalizo con el debería escribir (a ella y a la moza). Debería escribir que duerme en la misma pieza con su hija de nueve años. Debería escribir que la casa de su hermana quedó en el medio de un allanamiento antidroga en uno de los peores lugares de Villa Gobernador Gálvez. Debería escribir que tiene epilepsia. Que quiere tener otro hijo y que me pregunta por qué yo no quiero tener ninguno.

La pregunta más sincera debe ser esa ¿por qué no tener un hijo ahora? Y de nuevo el yo. Aira tiene razón, aunque lo diga de un lugar totalmente diferente, al insultarnos (que pretencioso incluirme en ese nosotros, pero no importa, total, ya estoy en la grieta de la falta). Tiene razón al insultarnos, aunque carezca de la autoridad para hacerlo.

No hay comentarios: