Elegí ir por donde más te guste...

27.11.09

Notas para el análisis

Anoche soñé que unos chicos querían robarme. Uno más en una larga serie de robos, de sueños de robo. Yo los veía, veía que veían cuando guardaba la plata en un portacd rojo que tenía en las manos. No atinaba a cruzar de vereda, seguía caminando por la misma. Pasaban al lado mío intentaban arrebatármelo y no llegaban a rozarme. Eran pibes, chicos y morochos (hasta los sueños tienen contenido social). Seguían hasta la esquina y volvían. Volvían con unos cuchillitos chiquitos de esos que parecen para untar manteca. Me daba cuenta de que eran inofensivos, pero no estaba totalmente segura. Estoy entre los dos, es una esquina de calle San Luis, creo que Laprida, por la tienda de telas que hay detrás. Me amenazan. A uno de ellos se le cae el cuchillo y yo lo levanto. Los amenazo. "Seguimos". Salen corriendo. ¿Por qué amenazo a alguien con cuchillos que sé que no pueden hacer daño? ¿por qué dejo que me amenacen con los mismos cuchillos que sé que no pueden hacer daño?

Cuando el otro día me robaron en el colectivo no me dí cuenta. Percibí que miraban el bolso, pero pensé en mis prejuicios de clase. Eso me pasa por creerme una intelectual. Por jugar el jueguito pelotudo del progresismo. Vi el bolsillo abierto cuando llegué a un seminario sobre, justamente, un escritor de izquierda que enlaza su teoría de la literatura con su teoría de la totalidad social (¿qué sentido tiene pensar un sentido de realismo como lo piensa Luckacs sin esa totalidad social? sin la totalidad social todo se vuelve realismo, sin la totalidad social todo se vuelve pos). Ella habla de Lenin y Engels con una pasión que le envidio, a pesar de que sé que no sabe la cantidad de congresos que debe tener por año, que no sabe de su incoherencia sustancial.

Rial puede decir en la misma frase que no le parece mal la televisión basura que se hace (y no me refiero claro esta a toda la televisión como entretenimiento, sino particularmente a cierta televisión como entretenimiento) y que no deja a sus hijas ver televisión, sin ver ni sentir la incoherencia de tremenda idea. Si lo que hacés no es bueno (ya ni siquiera digno, sino simplemente no nocivo) para que lo vean tus hijas ¿cómo mierda lo justificás? Cuando decís que es responsabilidad de los padres la cantidad de televisión que ven sus hijos ¿no sabés que hay miles de pibes (los que seguramente me roban en mis sueños) que no tienen padres que le digan que no pueden ver televisión? ¿que hay miles de padres que no pueden ver la diferencia que vos sí ves por los privilegios (de clase?) que tenés?

Ya sé que Deleuze alababa las incoherencias de la personalidad, que Pardo dice que es ahí donde está la intimidad. Es obvio que esos momentos de Rial son de la más intensa intimidad. Pero la derecha ha expandido su intimidad por los medios, por las calles, por los kioscos. Sus incoherencias se han vuelto el sentido común. ¿Cómo exigir coherencia sin abandonar la posición de intelectual? ¿cómo pensar la resistencia a una cultura monolítica, a la cultura como institución, cuando se hace de la incoherencia el procedimiento?

(Iba a decir que ahora tengo un monederito azul con flores, del que cada vez que saco los billetes se caen las monedas, en el que no entraría seguro el cuchillito del sueño. Pero... ¿importa?)

1 comentario:

La China dijo...

Yo te conté que hace poco me quisieron robar? Bah... en realidad no sé qué quería el tipo, porque si hubiera tenido real intención de robarme, lo hubiera hecho. Tenía un cuchillo. O tal vez es que me salvó el dedicador de Los Nocheros. Seh... Ah... te tengo que contar mejor...