Elegí ir por donde más te guste...

3.11.09

Al mejor postor

Necesito fábulas. Necesito deshacerme en mil historias. De a poco, despacito. Ser miles de yo y que alguien las mire. Que alguien nos mire actuar. El movimiento de la mano. El avance del pie, la torsión del muslo. Siempre hay una luz roja que se difumina. Son miles de historias privadas o, mejor dicho, en el borde de lo íntimo y lo otro. Suponen la invención con algún aspecto de realidad, no son pura imaginación, no sirvo para ser princesa ni bailarina.

En un momento dejo todo y me voy tres meses a alemania, en otro tengo unas piernas largas y una pollera blanca, finalmente tengo panza y después salgo a correr por el campo y me quedo estática mirando el río desde una barranca ajena. Los críticos dicen realismo, y vacían cada vez más el término.

Darme vuelta,vaciarme, como la cáscara de la naranja cuando no la pelás. Quiero contarme, mil veces, al revés, en pedazos, por los dedos.Busco oyentes en los lugares más inverosímiles, donde nadie quiere oir. Vendería mi cuerpo a aquel que me de "la historia". A aquel que me cuente la historia al reves.

Jugamos en un límite. Estamos jugando en el borde del precipicio. Vos lo sabés, yo lo sé y no decimos nada. Es que tal vez, sin romanticismo de por medio y con mucho rosa barato, ésta sea la única manera de jugar.O al menos yo sé, que en un momento, de noche, todo es vacío.

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