Elegí ir por donde más te guste...

22.5.10




Es obvio que es difícil escribir sobre Paris. Hasta decir que es difícil escribir sobre Paris es un lugar común. Encima tengo poco tiempo y yo tipeo lento. Pero, aunque suene demasiado de teoría, siento que me falta algo si no escrico apenas algo, como si no estuviera realmente acá.

Los lugares excesivamente turísticos no están buenos. En viajes anteriores habrán podido observar que soy una fanática del aura. Los turista, entre los que no me incluyo aunque lo soy, le sacan el aura hasta Notre Dame. Como me estoy quedando en Montmartre, eso fue lo que hice el primer día, la basilique du sacre coeur. Y hice una cosa bien aunque fue por azar. Como lo de aleja queda por detrás de la colina, subí por atrás. Divino: las calles, las escaleras, las casas, poca gente, un sol hermoso. Al llegar obviamente el amontamiento. A ver, no piensen que soy mala onda, pero disfrute más el museo de montmartre, que contaba las historias de los cabaret y que tenía el dibujito del conejo y del chat noir original (sí ese que esta en mil reproducciones a 1.5 euros cada una, 3x5) que el amontonamiento de la basílica.

Ahora el papelón: cuando llegué hoy a Notre Dame no la reconocí. A ver, yo no sabía que el gótico francés era así. Seguro había visto fotos, pero tenía idea de que tenía las torres típicamente puntiagudas, etc. etc. Estuve unos cinco minutos buscando en mi guía hasta que me di cuenta que sí era eso, eso que estaba ahí. Solo cuando me acerqué me impresionó. Voy a tratar de no escribir todo lo que me pareció increíble y que ya saben que es increíble: como los techos o los vitrales (porque este gótico sí deja entrar la luz). Lo que es genial es dar la vuelta: ir a la plaza que está detrás. La mayoría de los turistas no van a esa parte, se quedan en la puerta, y los laterales y la parte de atrás son mucho más impresionantes que el frente.

No puedo creer que estoy escribiendo sobre Paris, tengo esa sensación todo el tiempo, como que estoy en una dimensión paralela, que no estoy acá.

Resto: tour (el pibe caminaba a mil y paris se extendía más y más, es una ciudad infinita, no se acaba nunca), Arco del triunfo (ni en pedo hago esa cola para subir, tengo que elegir bien qué hago porque todo sale 10 euros), iglesia saint pierre (a que esta no la conoce nadie, me la topé en el camino hacia la torre eiffel, esos caminos en que no hay nadie y que me doy cuenta de que seguramente estoy haciendo cuadras de más y no me importa, una iglesia tipo medieval, con todo el aura porque estaba yo solita), torre eiffel (me comí un crepe sucre tratando de decirme todo el tiempo: estas en la torre eiffel, estás en la torre eiffel; no subí había colas de al menos una hora espero que en días de semana haya menos gente).

Mañana: Berlin sin compu.

2 comentarios:

Violeta dijo...

escribi..no se quien sos, pero yo te leo.
esta bueno :)

Mariana dijo...

Gracias, Micaela. Sigo adelante porque escribir es la única manera que tengo de viajar, aunque suene a clise.