Elegí ir por donde más te guste...

2.6.10

Todos los días

Me toca ahora yogurth de coco y anana. Super tropical en un día que pinta gris de nuevo y con bastante frío (por suerte J. insistió en que me trajera el chaleco, sino me hubiera muerto de frío). Ya comí de pomelo, de naranja y de durazno. Quién sabe qué vendrá después. La cosa es así: es muy difícil encontrar en el super cosas en pequeñas cantidades. No podés comprar un yogurth, tenés que comprar al menos ocho y sino, como hice yo, doce. No podés comprar queso blanco. O comprás un pote de un kilo o bien potecitos chiquitos como si fueran yogurth. Ayer vi unas tartitas ya listas para poner al hotno, de esas sí podes comprar solo dos. Acá abundan las comidas congeladas, como en Rio, y a precios bastante accesibles, 2,5 euros por ejemplo. Lo que no tiene proporción es comer en la calle. En los único lugares que se come mas o menos bien (digo más o menos porque todavía me duele la panza de la Pita con papas fritas que me comí ayer, es que después me di cuenta que por más que fuera carne blanca no podía haber un pollo de ese tamaño y que debía ser cerdo o algo por el estilo) es en los lugares árabes siempre más abundantes o en ciertos lugares de sandwich y pastas donde te dan jarritas con agua de la canilla y así no tenés que gastar en bebida.

Ayer iba a ir al Louvre. Obviamente como era martes estaba cerrado. Entonces, idear un plan alternativo. Así fue como caminando por el Sena encontré el memorial de la Shoa (en dos palabras, porque creo que todavía no puedo escribir sobre eso: en el museo de Paris abunda algo que en los de Berlin brilla, ahora en comparación, por su ausencia: las imágenes de los campos de concentración, lo cual lo vuelve mucho más opresivo). Después fui a la Casa de Victor Hugo. Por suerte se me ocurrió que sería productivo para mi papel de profe en argentina I una exposición encadenada en torno a Los orientales y pagué la entrada: ahí estaban todos los Delacroix que no estaban en los otros museos. La exposión era impresionante, no muy extensa pero sí muy bien armada. Y sí, se parecen a los gauchos. Pero en Delacroix no predomina tanto el rojo, es como si Sarmiento hubiera visto a los pintores de segundo rango, en donde el rojo es un de los colores dominantes. Finalmente, en el camino de los intereses literarios, la foto en la tumba de Balzac. para llegar ahí, al cementerio, tube que caminar por una calelcita tipo San Luis llena de negocios de ropa de segunda mano, pero no la segunda mano interesante sino la globalizada. Paris sí tiene zonas que no son lindas. Ahí estas, los constraste y supongo la discriminación de la que tanto se habla (Aleja me contaba que la panadera de la panadería a la que va todos los días al principio la atendía bien, pero cuando se dio cuenta de que no era una turista, empezó a hacerse la que no entendía cuando Ale cometía algún error al pedir las cosas, y eso que Monmartre en esta zona no es justamente el barrio de la high society; ya sabemos, la exclusión se reproduce hacia abajo, todos necesitan un otro)

Se me termino el yogurth de coco y anana. Me voy a encontrar con los chicos del PIP en Notre Dame. Au revoir (todavía no sé bien como se escribe, que complicada que es la ortografía francesa).

1 comentario:

Luu dijo...

"la panadera de la panadería" jajaja
Maru me alegro que te este llendo bien!!!! =)
y quedate tranqui... escribiste bien "au revoir"
Bonsoir ma soeur!