Elegí ir por donde más te guste...

11.9.08

Entre el barroco y el estado ameba

Ya hace casi un mes que estoy en Rio. Los días pasan rápido, cuando no sento saudade. Ncesito repetirlo para que no se escape: ya hace casi un mes que estoy en Rio. Entonces agarré mi bolsito y me fui para Copacabana (es menos bonito que Ipanema pero a mi me atrae más, las playas son más amplias, los olores más diversos, los precios más baratos). Alquilo una reposera, porque pienso quedarme toda la tarde, y voy al mar. La otra vez que escribí que me había metido al mar no era cierto (sí pasó pero no era cierto): 31 grados, ni una gota de viento, ni una sola nube, el agua no está caliente pero no es Mar del Plata y hay unas olas enormes (el mar sin olas no es mar). Tomar sol después de que te revolcaron las olas sintiendo que la sal se seca en la piel para mí es sinónimo de paraíso (para mamá no, a ella le arde la piel cuando pasa eso, por suerte heredé otras cosa). No camino, vegeto al sol. Soy una ameba brasileña.

La obra que vi el martes fue delirante (Ensaios de mulheres, Cia. Atores de Laura). Fuimos de graça, es decir, no pagamos un mango porque nos consiguieron entradas. Hombres disfrazados de mujeres, que hacían de mujeres. Delirante. Entiendo todos los chistes. Hay un flaquito que tiene unas piernas como fósforos. De lejos, con mi miopía, parece una mujer. Entran y salen del papel; se dirigen al público como hombres, hablan entre ellos como mujeres. Ese es el centro: el como. En Argentina no entendemos nada de simulacros, de máscaras, de alegorías barrocas. Solamente tenemos a Evita. Acá tienen a Silviano Santiago, nosotros tenemos a Piglia. Más allá del exotismo, en ese sentido Brasil es mucho más interesante. Si hablamos sólo de la estética, de las imágenes articuladas (de eso se trata mi trabajo para uno de los seminario) me gusta más la antopofagia de Andrade, la agresividad burlona, que la mirada estrábica de Echeverría o los epitafios Martinfierristas.

Encima tienen los salgados y los suco (hoy probé abacaxi com hortela, es decir, anana con menta) y esas ensaladas riquísimas con pasas de uva. No extraño la carne. La lógica futbolera se impone. Los negocios de sucos brasileños le ganan lejos al Laurak.

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